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La Fuerza en el proceso de transformación interior

  • Foto del escritor: Ana Ricci
    Ana Ricci
  • 28 mar
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 5 abr

Cuando hablamos de transformación personal, muchas veces pensamos en grandes decisiones, cambios visibles o giros drásticos en la vida. Pero en realidad, lo más profundo de una transformación sucede en silencio, adentro, en esos espacios donde nadie ve… y donde lo esencial se empieza a mover. Y es ahí donde aparece la fuerza.


No me refiero a la fuerza que empuja, que resiste o que impone. Hablo de una fuerza mucho más sutil y poderosa: la que nace de la conexión con una misma, del amor propio, de la capacidad de sostenerse en medio del caos sin perder la ternura.


Transformarse no es fácil. Implica mirar adentro con honestidad, soltar viejas estructuras, enfrentar miedos, y abrirse a lo nuevo con humildad. Ese proceso requiere valentía, pero también suavidad. Porque la fuerza verdadera no es dureza: es presencia, es constancia, es la elección diaria de seguir caminando aunque duela, aunque no sepamos exactamente hacia dónde vamos.


La carta del tarot “La Fuerza” lo representa de forma hermosa: una mujer serena, en calma, acariciando a un león. No lo domina, no lo controla. Lo contiene con su energía amorosa. Ese león puede representar nuestras emociones intensas, nuestros impulsos, nuestra parte más salvaje. Y la mujer, nuestra conciencia. La parte de nosotras que sabe que no hay nada que forzar, solo acompañar, abrazar, integrar.

La Fuerza, Arcano Mayor
La Fuerza, Arcano Mayor

En un proceso de transformación interior, la fuerza es confiar. Confiar en el proceso, en el ritmo propio, en la sabiduría interna que nos guía incluso cuando no vemos con claridad. Es permitirse ser vulnerables y a la vez valientes. Es sostenerse desde el amor, no desde la exigencia.


La verdadera fuerza no grita. Susurra.

Y nos recuerda, con suavidad, que todo lo que necesitamos para transformarnos… ya vive dentro nuestro.



 
 
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